Calientes Perros

La primera entrada del blog y seguramente la más caliente, sobre todo por la temperatura de los perros calientes. O bueno, “Calientes Perros”, debido a los fines establecidos para este proyecto.

Chorys, perros calientes, panchos, chéveres, sandwicheries, shukos, hates y un sinfín número de nombres para llamar a un “hot dog”. Estas palabras podrán ser desconocidas para muchos, pero es imposible que alguien no conozca el idioma universal para poder degustar de un buen perro caliente: “Hey, ¿me puede dar un hot dog, por favor?”.

Menos de diez palabras pueden significar la algarabía y júbilo total de una persona dispuesta a pagar desde unos centavos hasta miles de dólares por degustar una salchicha en medio de dos panes, como el 230 Fifth Dog. Pero, ¿qué debe contener un perro caliente para que sea considerado como “bueno” y cumpla con las expectativas que se tienen sobre él?

“El jocho”

  • Pan del gusto de cada persona. En México suelen utilizarse las reconocidas “Medias Noches”, producto de una reconocida empresa panadera en nuestro país.
  • Salchicha. De preferencia de pavo, pero hay “hipsters” que prefieren una salchicha Francfort (aunque se escribe Frankfurt, pero así suele sonar por su idioma de origen)
  • Mayonesa. Habrá gente que no guste poner mayonesa en su perro caliente, pero es fundamental para darle sabor. Háganlo, por favor.
  • Catsup y mostaza. Condimentos NECESARIOS para el “hot dog”. Repito: condimentos NECESARIOS para el “hot dog”. Bueno, aunque hay personas como Pau que prefieren omitir uno o ambos.
  • Papas. Son parte del caliente perro y, sin duda, mejor acompañante que el incómodo hermano pequeño de tu novia(o).
  • Felicidad. Sin esta, el perro caliente sabrá mal y, hasta cierto punto, parecerá un “cold dog”.

De nuestra parte, no nos queda más que agradecerles por tomarse el tiempo de leer este primer artículo de nuestro jochoblog y, así mismo, desearles muy buen provecho porque seguramente les dio hambre de… Hmmmm… ¿Qué será? … ¡Ah, sí! Seguro tienen unas ganas impresionantes de comer un caliente perro como el que mostramos aquí 😏

Perro
Foto: https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/736x/bf/cc/a3/bfcca3ac73e65bd841678ac0a62bab9a.jpg

 

OJO: Ningún perro fue maltratado para aparecer en este blog y, mucho menos, forzado a posar para la foto. Aún así, debemos admitir que lo hizo muy bien, aunque de verdad esperamos que no tengan hambre de uno así, sino de un verdadero “hot dog”, de esos que no se degustan hace tiempo (hasta sonó como canción 🙃).

Foto1: https://www.houdinis.es/wp-content/uploads/2012/09/hot-dog-dog-costume1.jpg

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¿Cómo conocí los hot dogs?

El amor por los dogs sin duda lo heredé de mi abuela. Me acuerdo que ella siempre pedía de cenar eso, era lo que más se le antojaba. “Tráiganme uno sin cebolla y con poquito chile”, siempre gritaba cuando ya estábamos todos en el carro, quería asegurarse de que había sido clara.

Poco a poco me fui incursionando en el mundo de los hot dogs. Al principio los pedía solo con crema y catsup, como todo niño lo hace. Después, con el paso del tiempo, iba agregándole otros ingredientes: primero fue el tomate, después la cebolla que cambiaría a cebolla asada, y a lo último, el chile. Cuando creía que ya tomaba mis propias decisiones y yo mandaba, agregué el chile “toreado” o asado que podía comer fácilmente a mordidas.

Cuando mi abuelita nos cuidaba siempre le pedía 10 pesos para un hot dog y cuando no me daba, Nachita me los pichaba o les guardaba la cuenta a mis abuelitos.

Otra etapa fue cuando iba a atletismo y a baile, siempre que salía de entrenar mi abuelito me recogía y me llevaba a comer los hot dogs de la colonia. Casi todos losneos de la semana, después de dos horas de ejercicio, me premiaba con dos hot dogs.

Después empezó la adolescencia y las fastidiosas dietas, el quererse bien era la prioridad pero también el comer hot dogs. Mi mamá me ayudaba a cumplir las dietas, así que no me daba dinero si sabía que iba a comprar hot dogs. Por eso, siempre le mentí y le decía que iba por un licuado o un plato de fruta. Mentira. Iba por mis deliciosos pedazos de cielo.

En la prepa, cuando era temporada de exámenes todos mis amigos iban a estudiar a mi casa y cuando terminábamos, íbamos a cenar hot dogs.

En fin, los hot dogs han estado en los momentos más importantes y significativos de mi vida, por eso y por si delicioso sabor, nunca podrían dejar de gustarme.

Daniela Laguna

 

 

Gracias, Calientes Perros

Como saben, la idea de este blog surgió por el proyecto de la clase de Comunicación Interactiva, había que pensar en un tema que nos diera material para crear contenido creativo y diferente.

En primer lugar, yo había pensado en hacerlo sobre todo tipo de comida, porque me encanta. Pero después, gracias a los grandes comentarios del Caps, se me iluminó el cerebro con un hot dog astral y me dijo “yo soy el indicado”. ¡Claro! ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

Si los hot dogs son mi vida, siempre iba a tener algo de qué hablar, o al menos eso creía. Para mi suerte, mis queridos amigos Caps y Efrén se unieron a mi increíble búsqueda por los textos más hotdoqueros que pudiéramos encontrar. Cuando supimos que cada uno tendría que hacer 20 entradas no nos preocupamos demasiado, el problema empezó cuando ya habíamos escrito 12 o 14 artículos, las ideas se acababan y nosotros las sacábamos de la manga.

Gracias a nuestra gran inteligencia, creatividad, trabajo en equipo y comunicación, logramos crear 60 contenidos divertidos y diferentes. No es un trabajo fácil.

Orgullosamente puedo decir que fue un placer haber trabajo con estos dos galanazos, que sin duda, ya se convirtieron en jocholovers.

¡Gracias a todos por leernos y sigan pendientes del blog!

Daniela Laguna

Hot Dog Paparazzi

Como ya les mencioné en uno de los artículos anteriores, en marzo son las fiestas tradicionales de mi natal San José del Cabo. Hay juegos mecánicos, muchos puestos de comida, el famoso vendedor de cobijas, las gorditas de nata, los conciertos de música y la Reina de las Fiestas Tradicionales.

El asunto de la Reina es cosa seria, pues todos los josefinos se lo toman muy en serio y siempre hay mucha presión y tensión durante el concurso. Antes, uno de los requisitos era ser originario de San José del Cabo, ahora eso ya no importa. Claro que cuando me tocó concursar  a mi “aunque no importaba”, el ser choyera te daba un plus sobre las demás.

Historia larga hecha corta: después de muchos sacrificios, obstáculos y malos ratos, gané el concurso y me coronaron Reina de las Fiestas Tradicionales San José 2013. A pesar de todo, disfruté mucho la experiencia y estoy orgullosa de haber representado a mi pueblo durante un año.

Claro que los reporteros y periodistas tenían que tomar fotos para las notas en los periódicos y en las redes sociales -me siento muy importante-, mis amigos también formaron parte de ese grupo.

Dado mi amor por los hot dogs, siempre que terminaba un evento, y esto significa vestido largo pegadito, de esos que no puedes ni caminar, tacones y corona, yo iba a comer un hot dog. Y siempre, todas las veces, algún amigo tenía que encontrarme y encontraba divertido que “su majestad” estuviera comiendo hot dogs sin importarle el glamour.

También les había mencionado que para juntar dinero para nuestra graduación de prepa, pusimos un carrito de hot dogs en la feria que se llamaba “El Hot Dog Real”. Sí, se lo pusieron por mi. Todos me molestaban con eso y aunque parezca que me encanta la atención, la autoridad y la dictadura, no es así.

Así pues se volvió algo “típico” de la Reina de San José, encontrarla comiendo hot dogs. Lo mejor de haber sido Reina es que me regalaban comida: cuando iba a los hot dogs no me los cobraban, o a los tacos, o al sushi…

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Daniela Laguna

 

¿El Adiós?

 

El lunes, como bien saben, fue uno de los días más atareados que he tenido lo que lleva el verano, si no has leído el blog en el que hablo de esto, te dejo los links aquí abajo 🙂 :

https://calientesperros.wordpress.com/2017/07/04/go-johny-go-un-post-de-epoca-pt-1/

https://calientesperros.wordpress.com/2017/07/04/go-jochos-go-un-post-de-epoca-pt-2/

Con esto entendido, deben saber que antes de hacer todo lo descrito pasé de rápido al 7 eleven y me compré un jalapeño bite.

No sé si a todos les pase, pero yo cuando suelo tener tanta hambre y como, la mayor parte de las veces disfruto muchísimo lo que esté comiendo. El sabor se vuelve único y mejora muchísimo.

Así estaba con mi jocho, sentado en la banqueta, reflexionando.

Mis ideas se cruzaron y pensé: ¿será este el fin de Calientes Perros?

Por supuesto que una pequeña sesación de nostalgia invadió mi mente. Curiosamente estaba en el 7, el causante del primer post.

En ese momento concluí que, por el contario. Tal vez el verano de clases acabe, pero Calientes Perros seguirá aquí para gustar o degustar y tener cualquier clase de aventuras en torno a los jochos  siempre.

Hoy me despido como alumno, pero continuamos como blogeros con un hot dog en la mano.

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